La Cena- Parte 1-
Ya mas aliviado después de la reunión, Matthew camino hasta el dormitorio que se le había asignado.
Había esperado que fuera un hombre duro y cruel, pero no tan frío e intimidante. Sin embargo, probablemente era culpa suya. Después de todo, no se podía negar que las cuentas de la empresa resultaban poco impresionantes. Además, él no era un hombre que hiciera concesiones por la ingenuidad o la inexperiencia. De hecho, no hacía concesiones por nada.
Precisamente por eso, el hecho de que le hubiera concedido más tiempo debería hacer que se sintiera contento, ¿o no? Se preguntó por qué Severus Snape había decidido cambiar de repente de opinión.
Se cambio de ropa,e inmediatamente, se sintió muy cómodo. Cuando algún tiempo después se dirigió a la cocina para cenar, se sentía algo más seguro de sí mismo. Tras haber pensado un poco en la situación, decidió que todo iba a salir bien. Simplemente tenía que permitir que él viera la pasión que sentía por su empresa. Si Severus Snape se daba cuenta de lo mucho que estaba dispuesto a dar, le ayudaria con su empresa.
Sin embargo, la seguridad le duró hasta que se reunió con él en la mesa.
Llevaba puesto una camisa y unos pantalones oscuros. Bajo la tenue luz del atardecer, tenía un aspecto masculino y turbador.
--Siéntese. ¿Le gustaria tomar una copa de vino?
--Creo que será mejor que tome algo sin alcohol. Un jugo, tal vez.--
--¿No quiere perder la cabeza? --preguntó él, con una sonrisa.
Matthew esperó a contestar hasta que tuvo su jugo y los dos volvieron a quedarse solos.
--Veo que está muy enfadado conmigo --dijo, sin andarse con rodeos--. Sé que he cometido errores, pero todo el mundo los comete cuando empieza en el mundo de los negocios.
--¿Sí?--
--¿Acaso usted nunca ha cometido ningún error, señor Snape?--
--Por supuesto --respondió él, con una cínica sonrisa.
--Yo también. Lo admito. Era un ingenuo. Me faltaba experiencia. Llámelo como quiera.--
--Ingenuo, carente de experiencia... ¿Son ésas las palabras con las que se describe usted?--
--Bueno, no ahora, pero sí eran mi vivo retrato hace cinco años.--
--¿Cuántos años tenía usted entonces?--
--Dieciocho. Con los estudios recién terminados.
--¿Fue usted a la universidad?
-- Si, me gradue con honores y comence a trabajar de inmediato en el Ministerio de Magia, pero lo deje cuando el Sr Zeen me llamo para trabajar en su empresa--.
--Como Diplomatico haciendo contacto con los muggles, porque el repentino cambio de trabajo?--su voz sono socarrona.
Matthew bajó los ojos y, por primera vez, vio la comida. ¿Cuándo había llegado?
--Si y de verdad estaba a gusto con ello, pero despues de un tiempo senti que el trabajo en el consulado no era para mí. Quería probar suerte en los negocios.--
--¿Quiere decir que quería empezar a ganar dinero?--
Matthew quería decirle que su deseo no tenía nada que ver con el dinero. Ni siquiera en aquellos momentos tenía un sueldo fijo, ya que metía prácticamente todos los beneficios de nuevo en el negocio.
--No. Quería tener por fin algo que fuera mío--
--Sin embargo, el negocio es del Sr Zeen.--
--No del todo, inverti gran parte de mi capital en uno de los locales. Me pasé días y noches enteras decorándolo porque no tenía dinero para pagar a alguien que lo hiciera por mí. Como las paredes estaban llenas de grietas, las tapé con unas enormes fotografías de los bosques japoneses. El efecto fue sorprendente. Todo el mundo solía entrar y preguntarme dónde estaban aquellos lugares. Probablemente debería haber empezado un segundo negocio en una agencia de viajes.--entonces, todo había parecido mucho más sencillo pense, había empezado con un único objetivo en mente: impresionarla.
--Japon es un país muy hermoso.--Snape me saco de mi pensamiento.
--Así es. Esas fotos me hicieron pensar en lo que quería ofrecer a mis clientes mientras compraban sus pociones. Yo deseaba crear un lugar en el que las personas pudieran reunirse con sus amigos para disfrutar de la conversación y la música en un ambiente agradable y animado. Poníamos música de todo tipo y hasta habia puestos de Internet.--
--Y fue un éxito.--
--Sí. Estaba siempre lleno y los beneficios eran sorprendentes. Todo era muy emocionante.--
--Ganar dinero lo es siempre.--
El duro tono de voz que él empleó le sorprendió un poco, haciendo que se preguntara si habría algo más tras aquel comentario. Sin embargo, no pudo encontrar nada más en aquel rostro. Seguramente se lo estaba imaginando.
--Sí, bueno. Entonces, decidí que podríamos hacer lo mismo en las otras tiendas y le lleve mi idea al Sr Zeen--
--Es decir, el primer negocio le reportó beneficios.--
--Sí.--
--Sin embargo, ahora no los tiene. Eso debe de resultar muy... descorazonador--.
--Gaste demasiado dinero en reformas en la fabrica, que no funcionaron como esperaba. Fue un error que no volveré a cometer.--
--Claro que no.--sonrio burlonamente otra vez.
La tensión que había en el ambiente se podía cortar. Matthew dejó de comer.
--Me va a decir que no, ¿verdad? Mire, le aseguro que su tiempo no sera perdido. Usted no ha perdido nada. Esta en una buena posicion economica. Esta inversión no significa nada para usted, pero sí que lo es para mí y para las personas que trabajan para mí --añadió. Entonces, apartó el plato. De repente se sentía demasiado asqueado como para poder seguir comiendo--. ¿Por qué me invita a visitar los campos si me va a decir que no?--
--Aún tiene tiempo de hacerme cambiar de opinión, señor Evans. Además, sé que la familia que posee esa hacienda estaría encantada de conocerlo y de escuchar lo que usted tenga que decir.--
--¿Lo que yo tenga que decir sobre qué?--
--Sobre el negocio, señor Evans. Dado que son sus únicos proveedores, su negocio también es el de ellos. Los destinos de ambos están unidos.--
--Eso es cierto.--
Ambos se observaban como águilas enfurecidas. Severus tenía los futuros de ambos negocios en sus manos, un futuro que, en aquellos momentos, parecía bastante precario, penso Akane, que los observaba en silencio.
Se preguntaba si Matthew debería haber estado utilizando toda su inteligencia para tratar de comprenderlo y así encontrar el modo de hacerlo cambiar de opinión.
No obstante, le resultaba imposible concentrarse. Lo único que podía hacer era fijarse en detalles casi irrelevantes de la figura de su esposo, como el vello oscuro que le asomaba por el cuello abierto de la camisa, el movimiento de las manos, en la masculina y sugerente boca
Al principio habia querido ayudar a Matthew , pero acababa de comprender que ese hecho le resultaba imposible en ese momento, su marido esa noche por alguna razon que no entendia, estaba lleno de atractivo sexual y de supremacía masculina.
--Akane, por favor puedes servir el café--pregunto Snape.
--Que?--murmuro aun perdida en sus pensamientos.
--El café querida, si serías tan amable de servirlo--dijo Severus mientras le observaba fijamente.
En sus mejillas aparecio un notable rubor y hasta creyo ver una media sonrisa en el rostro del mago mayor, estaba segura que sabía el porque de su poca concentración.
Una vez que termino de servir el café volvió a sentarse en su lugar.
Decidio obligarse a concentrarse en algo que no fuera su hombre, por lo que tomo la taza y la llevo a sus labios.
--Éste seguramente es el mejor olor del mundo.--comento Matthew.
--Me alegro de que piense así, esta cosecha en especial, es de la hacienda de mi familia--comento Akane.
--Es delicioso--Matthew sonrio a la joven.
--Fantástico--murmuro Severus parecía algo ofuscado.
--Llevamos toda la tarde hablando sobre mí, lo que me parece muy aburrido --dijo Matt, tras dejar de nuevo la taza sobre el plato--. ¿Y usted? ¿Nació y se crió en Londres?--
--No comprendo qué relevancia puede tener mi lugar de nacimiento en la supervivencia del negocio. Siga mi consejo y concéntrese en las cosas que importan. Además, yo jamás hablo sobre mí. Recuérdelo.--
--¿Por qué? ¿Por qué tal vez yo podría encontrar algo por lo que tendría que matarme y devorarme? --bromeó el--. Le recuerdo que no soy ni periodista ni tampoco un chismoso, señor Snape. Además, no creo que a ninguno de los periódicos sensacionalistas les interesara mi visita a su casa.--
Severus se tensó, como si él se hubiera adentrado en un tema que odiaba.
A Akane comenzaba a preocuparle el tono de Severus, no era nada agradable.
--Un pastel de mora?--le ofreció al Sr Evans, quizas con la boca llena se callaba, pero ambos le ignoraron.
--Prepárese muy temprano y póngase algo que se seque con facilidad porque es muy probable que se moje. Y mucho.--
--Nada de zapatos de charol --bromeó, sin obtener reacción alguna.--
El lenguaje corporal que había entre ellos denotaba claramente que no había cambiado nada , a pesar del hecho de que habían pasado una tarde entera juntos. No había habido acercamiento alguno.
Tal vez el Joven Evans disponía de una extensión sobre los diez minutos de tiempo que había tenido en un principio, pero no podía interpretar aquel gesto como ánimo.
Sin embargo, si no tenía intención alguna de extender el periodo, ¿por qué tomarse molestia de invitarlo a quedarse? Definitivamente Akane debía averiguar en que estaba pensando su esposo.
Matt tras mirarlo de nuevo, sintió que algo se revolvía en su interior. No sabía lo que Severus Snape estaba pensando, pero se atrevía a apostar que no era nada bueno.
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Nota de la Autora: Y sep un poco inspirada por el final de la saga, continuo con esto, a ver que sale.
Ya mas aliviado después de la reunión, Matthew camino hasta el dormitorio que se le había asignado.
Había esperado que fuera un hombre duro y cruel, pero no tan frío e intimidante. Sin embargo, probablemente era culpa suya. Después de todo, no se podía negar que las cuentas de la empresa resultaban poco impresionantes. Además, él no era un hombre que hiciera concesiones por la ingenuidad o la inexperiencia. De hecho, no hacía concesiones por nada.
Precisamente por eso, el hecho de que le hubiera concedido más tiempo debería hacer que se sintiera contento, ¿o no? Se preguntó por qué Severus Snape había decidido cambiar de repente de opinión.
Se cambio de ropa,e inmediatamente, se sintió muy cómodo. Cuando algún tiempo después se dirigió a la cocina para cenar, se sentía algo más seguro de sí mismo. Tras haber pensado un poco en la situación, decidió que todo iba a salir bien. Simplemente tenía que permitir que él viera la pasión que sentía por su empresa. Si Severus Snape se daba cuenta de lo mucho que estaba dispuesto a dar, le ayudaria con su empresa.
Sin embargo, la seguridad le duró hasta que se reunió con él en la mesa.
Llevaba puesto una camisa y unos pantalones oscuros. Bajo la tenue luz del atardecer, tenía un aspecto masculino y turbador.
--Siéntese. ¿Le gustaria tomar una copa de vino?
--Creo que será mejor que tome algo sin alcohol. Un jugo, tal vez.--
--¿No quiere perder la cabeza? --preguntó él, con una sonrisa.
Matthew esperó a contestar hasta que tuvo su jugo y los dos volvieron a quedarse solos.
--Veo que está muy enfadado conmigo --dijo, sin andarse con rodeos--. Sé que he cometido errores, pero todo el mundo los comete cuando empieza en el mundo de los negocios.
--¿Sí?--
--¿Acaso usted nunca ha cometido ningún error, señor Snape?--
--Por supuesto --respondió él, con una cínica sonrisa.
--Yo también. Lo admito. Era un ingenuo. Me faltaba experiencia. Llámelo como quiera.--
--Ingenuo, carente de experiencia... ¿Son ésas las palabras con las que se describe usted?--
--Bueno, no ahora, pero sí eran mi vivo retrato hace cinco años.--
--¿Cuántos años tenía usted entonces?--
--Dieciocho. Con los estudios recién terminados.
--¿Fue usted a la universidad?
-- Si, me gradue con honores y comence a trabajar de inmediato en el Ministerio de Magia, pero lo deje cuando el Sr Zeen me llamo para trabajar en su empresa--.
--Como Diplomatico haciendo contacto con los muggles, porque el repentino cambio de trabajo?--su voz sono socarrona.
Matthew bajó los ojos y, por primera vez, vio la comida. ¿Cuándo había llegado?
--Si y de verdad estaba a gusto con ello, pero despues de un tiempo senti que el trabajo en el consulado no era para mí. Quería probar suerte en los negocios.--
--¿Quiere decir que quería empezar a ganar dinero?--
Matthew quería decirle que su deseo no tenía nada que ver con el dinero. Ni siquiera en aquellos momentos tenía un sueldo fijo, ya que metía prácticamente todos los beneficios de nuevo en el negocio.
--No. Quería tener por fin algo que fuera mío--
--Sin embargo, el negocio es del Sr Zeen.--
--No del todo, inverti gran parte de mi capital en uno de los locales. Me pasé días y noches enteras decorándolo porque no tenía dinero para pagar a alguien que lo hiciera por mí. Como las paredes estaban llenas de grietas, las tapé con unas enormes fotografías de los bosques japoneses. El efecto fue sorprendente. Todo el mundo solía entrar y preguntarme dónde estaban aquellos lugares. Probablemente debería haber empezado un segundo negocio en una agencia de viajes.--entonces, todo había parecido mucho más sencillo pense, había empezado con un único objetivo en mente: impresionarla.
--Japon es un país muy hermoso.--Snape me saco de mi pensamiento.
--Así es. Esas fotos me hicieron pensar en lo que quería ofrecer a mis clientes mientras compraban sus pociones. Yo deseaba crear un lugar en el que las personas pudieran reunirse con sus amigos para disfrutar de la conversación y la música en un ambiente agradable y animado. Poníamos música de todo tipo y hasta habia puestos de Internet.--
--Y fue un éxito.--
--Sí. Estaba siempre lleno y los beneficios eran sorprendentes. Todo era muy emocionante.--
--Ganar dinero lo es siempre.--
El duro tono de voz que él empleó le sorprendió un poco, haciendo que se preguntara si habría algo más tras aquel comentario. Sin embargo, no pudo encontrar nada más en aquel rostro. Seguramente se lo estaba imaginando.
--Sí, bueno. Entonces, decidí que podríamos hacer lo mismo en las otras tiendas y le lleve mi idea al Sr Zeen--
--Es decir, el primer negocio le reportó beneficios.--
--Sí.--
--Sin embargo, ahora no los tiene. Eso debe de resultar muy... descorazonador--.
--Gaste demasiado dinero en reformas en la fabrica, que no funcionaron como esperaba. Fue un error que no volveré a cometer.--
--Claro que no.--sonrio burlonamente otra vez.
La tensión que había en el ambiente se podía cortar. Matthew dejó de comer.
--Me va a decir que no, ¿verdad? Mire, le aseguro que su tiempo no sera perdido. Usted no ha perdido nada. Esta en una buena posicion economica. Esta inversión no significa nada para usted, pero sí que lo es para mí y para las personas que trabajan para mí --añadió. Entonces, apartó el plato. De repente se sentía demasiado asqueado como para poder seguir comiendo--. ¿Por qué me invita a visitar los campos si me va a decir que no?--
--Aún tiene tiempo de hacerme cambiar de opinión, señor Evans. Además, sé que la familia que posee esa hacienda estaría encantada de conocerlo y de escuchar lo que usted tenga que decir.--
--¿Lo que yo tenga que decir sobre qué?--
--Sobre el negocio, señor Evans. Dado que son sus únicos proveedores, su negocio también es el de ellos. Los destinos de ambos están unidos.--
--Eso es cierto.--
Ambos se observaban como águilas enfurecidas. Severus tenía los futuros de ambos negocios en sus manos, un futuro que, en aquellos momentos, parecía bastante precario, penso Akane, que los observaba en silencio.
Se preguntaba si Matthew debería haber estado utilizando toda su inteligencia para tratar de comprenderlo y así encontrar el modo de hacerlo cambiar de opinión.
No obstante, le resultaba imposible concentrarse. Lo único que podía hacer era fijarse en detalles casi irrelevantes de la figura de su esposo, como el vello oscuro que le asomaba por el cuello abierto de la camisa, el movimiento de las manos, en la masculina y sugerente boca
Al principio habia querido ayudar a Matthew , pero acababa de comprender que ese hecho le resultaba imposible en ese momento, su marido esa noche por alguna razon que no entendia, estaba lleno de atractivo sexual y de supremacía masculina.
--Akane, por favor puedes servir el café--pregunto Snape.
--Que?--murmuro aun perdida en sus pensamientos.
--El café querida, si serías tan amable de servirlo--dijo Severus mientras le observaba fijamente.
En sus mejillas aparecio un notable rubor y hasta creyo ver una media sonrisa en el rostro del mago mayor, estaba segura que sabía el porque de su poca concentración.
Una vez que termino de servir el café volvió a sentarse en su lugar.
Decidio obligarse a concentrarse en algo que no fuera su hombre, por lo que tomo la taza y la llevo a sus labios.
--Éste seguramente es el mejor olor del mundo.--comento Matthew.
--Me alegro de que piense así, esta cosecha en especial, es de la hacienda de mi familia--comento Akane.
--Es delicioso--Matthew sonrio a la joven.
--Fantástico--murmuro Severus parecía algo ofuscado.
--Llevamos toda la tarde hablando sobre mí, lo que me parece muy aburrido --dijo Matt, tras dejar de nuevo la taza sobre el plato--. ¿Y usted? ¿Nació y se crió en Londres?--
--No comprendo qué relevancia puede tener mi lugar de nacimiento en la supervivencia del negocio. Siga mi consejo y concéntrese en las cosas que importan. Además, yo jamás hablo sobre mí. Recuérdelo.--
--¿Por qué? ¿Por qué tal vez yo podría encontrar algo por lo que tendría que matarme y devorarme? --bromeó el--. Le recuerdo que no soy ni periodista ni tampoco un chismoso, señor Snape. Además, no creo que a ninguno de los periódicos sensacionalistas les interesara mi visita a su casa.--
Severus se tensó, como si él se hubiera adentrado en un tema que odiaba.
A Akane comenzaba a preocuparle el tono de Severus, no era nada agradable.
--Un pastel de mora?--le ofreció al Sr Evans, quizas con la boca llena se callaba, pero ambos le ignoraron.
--Prepárese muy temprano y póngase algo que se seque con facilidad porque es muy probable que se moje. Y mucho.--
--Nada de zapatos de charol --bromeó, sin obtener reacción alguna.--
El lenguaje corporal que había entre ellos denotaba claramente que no había cambiado nada , a pesar del hecho de que habían pasado una tarde entera juntos. No había habido acercamiento alguno.
Tal vez el Joven Evans disponía de una extensión sobre los diez minutos de tiempo que había tenido en un principio, pero no podía interpretar aquel gesto como ánimo.
Sin embargo, si no tenía intención alguna de extender el periodo, ¿por qué tomarse molestia de invitarlo a quedarse? Definitivamente Akane debía averiguar en que estaba pensando su esposo.
Matt tras mirarlo de nuevo, sintió que algo se revolvía en su interior. No sabía lo que Severus Snape estaba pensando, pero se atrevía a apostar que no era nada bueno.
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Nota de la Autora: Y sep un poco inspirada por el final de la saga, continuo con esto, a ver que sale.
