Capitulo 1
La Llegada a la Guarida
Qué diablos estaba haciendo allí? Cuando el helicóptero empezó a descender, Matthew sintió que se le revolvía el estomago. A sus pies, kilómetros y kilómetros cuadrados de Bosque. El techo que formaban las copas de los árboles protegía y ocultaba misterios de aquella hermosa tierra. En otro momento, el se habría sentido cautivado por la belleza del paisaje que lo rodeaba, pero no podía pensar en nada que no fuera la reunión que lo esperaba aquel día. La reunión y el hombre en cuestion.
¿Qué diablos estaba haciendo ataviado con aquel caluroso traje, volando encima del bosque japones para ponerse a "merced" de un hombre que, aparentemente, no conocía el significado de esta palabra?
"Severus Snape" genial, peligroso, herido... Le acudían tantas palabras a la cabeza cuando pensaba en el, pero ninguna de ellas resultaba tranquilizadora o amable. Increíblemente inteligente se decía que era tan hábil con los números que los periodistas de la prensa dedicada al mundo empresarial lo habían comparado con un ordenador andante. Para Matthew, esta comparación no auguraba nada bueno, dada la aversión que este sentía por la tecnología y que él amaba.
- La Familia Zeen tiene casas por todo el mundo -le dijo el piloto, mientras observaba el salvaje paisaje que se extendía a sus pies.
- ¿Porque ellos han decidido vivir aquí? -pregunto.
- Porque el mundo no los deja en paz. Les gusta tener intimidad.--.
- ¿El Sr Snape es un hombre solitario?--.
- Bueno, yo no diría de él que es blando y suave como un osito de peluche, si es eso lo que usted me pregunta. No obstante, a la Srta Zeen parece no importarle ese detalle, ella es una madre y esposa devota, toda la dulzura de esa casa viene de ella.--.
- Tengo una reunión con el Señor Snape al cual le llaman el angel de las pociones. La empresa Zeen realizo la inversión inicial en la fabrica situada en el pueblo mas cercano. El Sr Maki Zeen es un Erdito de los negocios, pero, dado que usted trabaja para él, supongo que ya lo sabrá.--.
- ¿Un ángel? -Repitió el piloto, con una carcajada -. ¿Ha dicho usted que Severus Snape es un ángel?
- Es una forma de hablar. Lo que quiero decir es que sabe todo sobre pociones-Dijo Matthew.
Maki, había estado muy interesado en esa pequeña fabrica, hasta hacia muy poco. De repente, volvió a experimentar un sentimiento de nausea en el estomago, por lo que se agarro con fuerza al ordenador para tratar de recuperar la seguridad en si mismo.
El piloto por su parte no había dejado de reír.
- Ángel... Mire, no sé como gana el dinero, pero le diré una cosa. Ese hombre no es Ningún ángel.--.
- Yo no creo todo lo que leo en los periódicos -Afirmo el, dispuesto a no dejarse intimidar.
- Evidentemente. Si lo creyera no estaría aquí. Veo que es usted un joven valiente y decidido y eso es bueno. Le servirá de mucho aquí.--.
- Le aseguro que no hay que ser valiente para asistir a una reunión de negocios.--replico con tono serio.
- Eso depende de con quien se celebre esa reunión. Y de donde. No hay muchas personas que tengan el valor de visitar al lobo en su guarida.--volvio a sonreir.
- ¿Lo ha llamado lobo? -Pregunto Matthew, sintiendo que la decisión le iba fallando
- Yo no. Así es como lo llaman los demás. Yo simplemente lo llamo Sr Snape--.
El helicóptero siguió perdiendo altura. Matthew, sintiendo que iba perdiendo el valor, cerro los ojos para tratar de no vomitar. Nunca le habían gustado las montañas rusas.
- Estoy seguro de que el Señor Snape es un hombre muy razonable.--murmuro para convencerse a si mismo.
- ¿De verdad? Eso es porque no lo conoce. Ahora, agárrese fuerte. Vamos a aterrizar.--dijo el hombre.
Durante un instante, parecio que se iban a estrellar contra las copas de los árboles. Entonces, de repente, apareció un pequeño claro sobre el que el aparato aterrizo como un insecto gigante.
- He de advertirle -añadió el piloto, tras detener los motores-, que he visto hombres hechos y derechos llorando como niños después de pasar cinco minutos con el. Si quiere que le de un consejo, no se amilane. Si hay algo que el Sr Snape odia son los cobardes. Bienvenido al "Bosque de los secretos", joven Evans.
- ¿Me va a dejar aquí, en este lugar apartado de la mano de Dios?--pregunto sin ver ninguna casa o edificio o lo que sea cerca.
Matthew miro a su alrededor y, entonces, vio algo parecido a un camino .
- Supongo que tengo que caminar por alli y encontrare la casa--.
- Efectivamente, baje la cabeza al salir hasta que haya dejado atrás las palas de la hélice. Yo tengo que marcharme.
- ¿No me va a esperar? -pregunto Matthew, alarmado. Permanecía inmóvil, con pocas ganas de abandonar el último vínculo con la civilización -. El me dijo que me concedería solo diez minutos...
Resultaba completamente ridículo haber hecho un viaje tan largo para tan solo diez minutos, pero a Matthew no le había quedado elección. O eso o rendirse, y el no estaba dispuesto a esto ultimo.
- Si queda algo de usted cuando el haya terminado, regresare y recogeré los trozos. Ahora, tome el sendero hasta la casa. No abandone nunca el sendero. Le recuerdo que esta en medio del bosque. Tenga cuidado con los animales salvajes.
- ¿Animales salvajes? - replico Matthew, mirando con preocupación la espesa vegetación que los rodeaba -. ¿Se refiere a insectos?
- Bueno, según los últimos cálculos, hay unas dos mil especies diferentes de animales magicos. Y eso solo las que conocemos.
- ¿Y serpientes?
- Alguna que otra -comento el piloto, con una sonrisa-.
- Está bien. Creo que ya he oído suficiente. No obstante, no creo que el Señor Snape viviera aquí si fuera peligroso.
El piloto se echo a reír una vez más.
- Evidentemente usted no sabe nada sobre el. Vive aquí porque es peligroso, jovencito asi evita molestos intrusos merodeando.--.
¿Jovencito? El hecho de que el piloto le siguiera diciendo jovencito lo irrito lo suficiente para hacer que se olvidara de sus nervios. A lo largo de toda su vida siempre se había sentido subestimado por la gente, pero, una y otra vez, el les había demostrado que se equivocaban. Hasta aquel momento. En aquellos instantes corría el peligro de perder todo por lo que había luchado, pero no iba a dejar que eso ocurriera. Aquella era probablemente la lucha más importante de toda su vida y tenia que ganar. No podía perder. Además, las personas que dependían de el perderían sus trabajos si el fracasaba. Así de sencillo.
Si Severus Snape no aceptaba guiarlo, estaba todo perdido.
Sabiendo que si escuchaba mas detalles sobre el no tendría el valor de enfrentarsele, Matthew descendió del helicóptero. Las piernas le temblaban, pero, en aquellos momentos, no habría podido decir si tenía más miedo del bosque o de Severus Snape.
Las especulaciones habían sido variadas e interminables, pero todas parecían describir a Severus Snape como una maquina. Por eso, Matthew estaba convencido de que Snape iba a ser la clase de hombre que sacaría lo peor de el.
Decidió que lo mejor seria no mirarlo. Así, no tartamudearía ni se atascaría.
Aquella era la prueba definitiva para el y no fallaría. Simplemente, no podía hacerlo. Había demasiado en juego.
No había razón alguna para tenerle miedo a Severus Snape. Mientras avanzaba por el sendero, se dijo que la vida personal de aquel hombre no era de su incumbencia. Además, fuera lo que fuera, tambien era un hombre de negocios, como su jefe. Cuando el le mostrara los planes que tenia para conseguir que la fabrica a su cargo diera mas beneficios, el se mostraría mucho mas receptivo a enseñarle los detalles sobre la misma. Así, Matthew salvaría los trabajos de todo el mundo y podría marcharse de aquel lugar infestado de animales magicos salvajes.
El calor hacia que el traje se le pegara al cuerpo. De repente, se dio cuenta de lo poco preparado que estaba para conocer a aquel ogro. Ni siquiera se sentía cómodo con la ropa que llevaba puesta y eso que estaba acostumbrado a ella y le gustaba vestir asi. Mientras pensaba que debería haber repasado de nuevo las cifras en el helicóptero, sintió que el pantalón se le enganchaba en algo de los tablones de madera que componían el camino.
Cuando por fin consiguió zafarse y volvió a erguirse de nuevo, vio la hermosa casa.
Continuara...
*************************************
Nota de la Autora
Gracias a el muso que inspiro este capitulo por prestarme un poquito de inspiracion y asi poder terminar con estas continuacion como se debe, pronto tendran un dibujo de Matt.
La Llegada a la Guarida
Qué diablos estaba haciendo allí? Cuando el helicóptero empezó a descender, Matthew sintió que se le revolvía el estomago. A sus pies, kilómetros y kilómetros cuadrados de Bosque. El techo que formaban las copas de los árboles protegía y ocultaba misterios de aquella hermosa tierra. En otro momento, el se habría sentido cautivado por la belleza del paisaje que lo rodeaba, pero no podía pensar en nada que no fuera la reunión que lo esperaba aquel día. La reunión y el hombre en cuestion.
¿Qué diablos estaba haciendo ataviado con aquel caluroso traje, volando encima del bosque japones para ponerse a "merced" de un hombre que, aparentemente, no conocía el significado de esta palabra?
"Severus Snape" genial, peligroso, herido... Le acudían tantas palabras a la cabeza cuando pensaba en el, pero ninguna de ellas resultaba tranquilizadora o amable. Increíblemente inteligente se decía que era tan hábil con los números que los periodistas de la prensa dedicada al mundo empresarial lo habían comparado con un ordenador andante. Para Matthew, esta comparación no auguraba nada bueno, dada la aversión que este sentía por la tecnología y que él amaba.
- La Familia Zeen tiene casas por todo el mundo -le dijo el piloto, mientras observaba el salvaje paisaje que se extendía a sus pies.
- ¿Porque ellos han decidido vivir aquí? -pregunto.
- Porque el mundo no los deja en paz. Les gusta tener intimidad.--.
- ¿El Sr Snape es un hombre solitario?--.
- Bueno, yo no diría de él que es blando y suave como un osito de peluche, si es eso lo que usted me pregunta. No obstante, a la Srta Zeen parece no importarle ese detalle, ella es una madre y esposa devota, toda la dulzura de esa casa viene de ella.--.
- Tengo una reunión con el Señor Snape al cual le llaman el angel de las pociones. La empresa Zeen realizo la inversión inicial en la fabrica situada en el pueblo mas cercano. El Sr Maki Zeen es un Erdito de los negocios, pero, dado que usted trabaja para él, supongo que ya lo sabrá.--.
- ¿Un ángel? -Repitió el piloto, con una carcajada -. ¿Ha dicho usted que Severus Snape es un ángel?
- Es una forma de hablar. Lo que quiero decir es que sabe todo sobre pociones-Dijo Matthew.
Maki, había estado muy interesado en esa pequeña fabrica, hasta hacia muy poco. De repente, volvió a experimentar un sentimiento de nausea en el estomago, por lo que se agarro con fuerza al ordenador para tratar de recuperar la seguridad en si mismo.
El piloto por su parte no había dejado de reír.
- Ángel... Mire, no sé como gana el dinero, pero le diré una cosa. Ese hombre no es Ningún ángel.--.
- Yo no creo todo lo que leo en los periódicos -Afirmo el, dispuesto a no dejarse intimidar.
- Evidentemente. Si lo creyera no estaría aquí. Veo que es usted un joven valiente y decidido y eso es bueno. Le servirá de mucho aquí.--.
- Le aseguro que no hay que ser valiente para asistir a una reunión de negocios.--replico con tono serio.
- Eso depende de con quien se celebre esa reunión. Y de donde. No hay muchas personas que tengan el valor de visitar al lobo en su guarida.--volvio a sonreir.
- ¿Lo ha llamado lobo? -Pregunto Matthew, sintiendo que la decisión le iba fallando
- Yo no. Así es como lo llaman los demás. Yo simplemente lo llamo Sr Snape--.
El helicóptero siguió perdiendo altura. Matthew, sintiendo que iba perdiendo el valor, cerro los ojos para tratar de no vomitar. Nunca le habían gustado las montañas rusas.
- Estoy seguro de que el Señor Snape es un hombre muy razonable.--murmuro para convencerse a si mismo.
- ¿De verdad? Eso es porque no lo conoce. Ahora, agárrese fuerte. Vamos a aterrizar.--dijo el hombre.
Durante un instante, parecio que se iban a estrellar contra las copas de los árboles. Entonces, de repente, apareció un pequeño claro sobre el que el aparato aterrizo como un insecto gigante.
- He de advertirle -añadió el piloto, tras detener los motores-, que he visto hombres hechos y derechos llorando como niños después de pasar cinco minutos con el. Si quiere que le de un consejo, no se amilane. Si hay algo que el Sr Snape odia son los cobardes. Bienvenido al "Bosque de los secretos", joven Evans.
- ¿Me va a dejar aquí, en este lugar apartado de la mano de Dios?--pregunto sin ver ninguna casa o edificio o lo que sea cerca.
Matthew miro a su alrededor y, entonces, vio algo parecido a un camino .
- Supongo que tengo que caminar por alli y encontrare la casa--.
- Efectivamente, baje la cabeza al salir hasta que haya dejado atrás las palas de la hélice. Yo tengo que marcharme.
- ¿No me va a esperar? -pregunto Matthew, alarmado. Permanecía inmóvil, con pocas ganas de abandonar el último vínculo con la civilización -. El me dijo que me concedería solo diez minutos...
Resultaba completamente ridículo haber hecho un viaje tan largo para tan solo diez minutos, pero a Matthew no le había quedado elección. O eso o rendirse, y el no estaba dispuesto a esto ultimo.
- Si queda algo de usted cuando el haya terminado, regresare y recogeré los trozos. Ahora, tome el sendero hasta la casa. No abandone nunca el sendero. Le recuerdo que esta en medio del bosque. Tenga cuidado con los animales salvajes.
- ¿Animales salvajes? - replico Matthew, mirando con preocupación la espesa vegetación que los rodeaba -. ¿Se refiere a insectos?
- Bueno, según los últimos cálculos, hay unas dos mil especies diferentes de animales magicos. Y eso solo las que conocemos.
- ¿Y serpientes?
- Alguna que otra -comento el piloto, con una sonrisa-.
- Está bien. Creo que ya he oído suficiente. No obstante, no creo que el Señor Snape viviera aquí si fuera peligroso.
El piloto se echo a reír una vez más.
- Evidentemente usted no sabe nada sobre el. Vive aquí porque es peligroso, jovencito asi evita molestos intrusos merodeando.--.
¿Jovencito? El hecho de que el piloto le siguiera diciendo jovencito lo irrito lo suficiente para hacer que se olvidara de sus nervios. A lo largo de toda su vida siempre se había sentido subestimado por la gente, pero, una y otra vez, el les había demostrado que se equivocaban. Hasta aquel momento. En aquellos instantes corría el peligro de perder todo por lo que había luchado, pero no iba a dejar que eso ocurriera. Aquella era probablemente la lucha más importante de toda su vida y tenia que ganar. No podía perder. Además, las personas que dependían de el perderían sus trabajos si el fracasaba. Así de sencillo.
Si Severus Snape no aceptaba guiarlo, estaba todo perdido.
Sabiendo que si escuchaba mas detalles sobre el no tendría el valor de enfrentarsele, Matthew descendió del helicóptero. Las piernas le temblaban, pero, en aquellos momentos, no habría podido decir si tenía más miedo del bosque o de Severus Snape.
Las especulaciones habían sido variadas e interminables, pero todas parecían describir a Severus Snape como una maquina. Por eso, Matthew estaba convencido de que Snape iba a ser la clase de hombre que sacaría lo peor de el.
Decidió que lo mejor seria no mirarlo. Así, no tartamudearía ni se atascaría.
Aquella era la prueba definitiva para el y no fallaría. Simplemente, no podía hacerlo. Había demasiado en juego.
No había razón alguna para tenerle miedo a Severus Snape. Mientras avanzaba por el sendero, se dijo que la vida personal de aquel hombre no era de su incumbencia. Además, fuera lo que fuera, tambien era un hombre de negocios, como su jefe. Cuando el le mostrara los planes que tenia para conseguir que la fabrica a su cargo diera mas beneficios, el se mostraría mucho mas receptivo a enseñarle los detalles sobre la misma. Así, Matthew salvaría los trabajos de todo el mundo y podría marcharse de aquel lugar infestado de animales magicos salvajes.
El calor hacia que el traje se le pegara al cuerpo. De repente, se dio cuenta de lo poco preparado que estaba para conocer a aquel ogro. Ni siquiera se sentía cómodo con la ropa que llevaba puesta y eso que estaba acostumbrado a ella y le gustaba vestir asi. Mientras pensaba que debería haber repasado de nuevo las cifras en el helicóptero, sintió que el pantalón se le enganchaba en algo de los tablones de madera que componían el camino.
Cuando por fin consiguió zafarse y volvió a erguirse de nuevo, vio la hermosa casa.
Continuara...
*************************************
Nota de la Autora
Gracias a el muso que inspiro este capitulo por prestarme un poquito de inspiracion y asi poder terminar con estas continuacion como se debe, pronto tendran un dibujo de Matt.
