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****Capitulo 6****

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1****Capitulo 6**** Empty ****Capitulo 6**** Jue Mar 31, 2011 11:38 pm

Akane Zeen

Akane Zeen
Administradora
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Capitulo 6
Juego Macabro




La Luz del sol aun entraba por las ventanas, por lo que Severus Snape pudo ver perfectamente cómo el joven palidecía.
Tu juego ha quedado al descubierto, mocoso, se dijo, preguntándose cómo había podido ser tan ingenuo y pensar que él no iba a descubrir lo que estaba ocurriendo. No era que no fuera inteligente, porque lo era. Los números cuadraban perfectamente y nadie se habría dado cuenta de lo que él había visto.


A primera vista, las cuentas no parecían mostrar nada más que un negocio al que le estaba costando despegar. La estrategia de Matthew Evans de mostrarse amable y conversador podría haber surtido efecto con un hombre menos cínico y experimentado que él. Otro hombre se podría haber sentido impresionado porque el admitiera tan abiertamente su desilusión por la falta de beneficios. Otro hombre podría haber creído su inocencia. Afortunadamente para Severus, y desgraciadamente para Matthew, su especialidad eran las mujeres y hombres avariciosos y sin escrúpulos. Si no hubiera sido así, tal vez jamás habría descubierto que Pociones Ilusiones no era lo que afirmaba ser y que Matthew Evans distaba mucho de ser el empleado generoso y magnánimo que fingía ser.


El hecho de que hubiera tenido la desfachates de presentarse allí para suplicarle que lo ayudara en aquella pequeña farsa era una evidencia más de su avaricia y de su falta de conciencia.


En circunstancias normales, Severus hubiera hecho que uno de sus empleados tratara de resolver el problema, pero había decidido que se ocuparía personalmente del caso de Matthew Evans.


Tras mirar las perfectas manos y ese cabello castaño aplacado con gel y ese aparentemente rostro inocente, sintió una profunda ira en su interior. Resultaba evidente que ese joven no conocía el significado de la palabra "privación".


¿Sabía aquel hombre lo que era tener frío y hambre, lo que se sentía al tratar de dormir sin tener un techo sobre la cabeza? Por supuesto que no.

Estaba dispuesto a apostar a que la mayor dificultad que le había representado su vida hasta aquellos momentos era a qué mujer o hombre engatuso más fácil.

Cuando Matthew Evans se puso en contacto con él para pedirle una reunión, la reacción inicial de Severus había sido negarse. ¿Por qué perder el tiempo con él? Sin embargo, después había decidido tratar el tema de un modo muy diferente.


Venganza.

Alguien debería hacer que se enfrentara a las consecuencias de su falta de escrúpulos. Debería sufrir. Severus aún no había decidido cómo, pero lo estaba pensando.


Al mirarlo en aquellos momentos, ataviado con un traje que, sin duda, le había costado una obscena cantidad de dinero, Severus supo que había tomado la decisión correcta.


Mientras lo observaba, se preguntó hasta dónde sería capaz de llegar aquel joven para conseguir sus propósitos.


Dinero.


Aparte de esa cara de encanto, Matthew Evans no era diferente de ninguno de aquellos que habia intentando engatuzarlo El joven Evans era un avaricioso y de eso no tenia duda. Apartó los oscuros recuerdos de su pasado con determinación y decidió concentrar toda su ira en aquel hombre.


No era de extrañar que la mano derecha del Joven Evans no lo hubiera acompañado. No habían querido que nada diluyera la imagen pura e inocente que presentaba, si hubiera estado frente a un jurado, éste habría sido capaz de absolverlo de asesinato.


-¿Y por qué tendría yo problemas para dormir por las noches? - preguntó el, por fin, con un gesto de asombro en el rostro.


Severus se contuvo para no contarle nada de lo que sabía y así poder terminar con la reunión tan rápidamente como pudiera. Eso sería demasiado fácil para él. Severus no quería que todo terminara tan fácilmente.


Decidió que iba a sufrir. Quería que el sintiera la preocupación y la incertidumbre que había infligido a otros. Además, veía en sus ojos que estaba preocupado.


-¿Por qué cree usted que no duermo bien por las noches? -preguntó una vez más con sus enormes ojos castaños abiertos de par en par-. Será, por supuesto, porque no hago más que preocuparme de cómo voy a pagar las deudas si usted no accede a mi peticion.-

-¿Está usted preocupado?-

-Por supuesto -respondió el, con una tímida sonrisa-. Muchas personas dependen de mí, pero uno se tiene que olvidar de eso porque, si no, se vuelve loco.-

-Es decir, que usted no piensa en los demás.-

-Bueno -dijo él, frunciendo el ceño-, resulta difícil no hacerlo cuando se es responsable de sus ingresos, pero es importante no permitir que los sentimientos afecten a lo que hay que hacer, porque en ese caso todo el mundo sufre.-


Los negros recuerdos del pasado volvieron a despertar en la cabeza de Severus. En aquella ocasión, no hubo manera de detenerlos.


De repente, volvía a tener ocho años. Estaba completamente solo, muerto de hambre, asustado... escuchaba como su papa en otro cuarto maltrataba a su madre...


Sin poder evitarlo, se puso de pie y se acercó a la ventana para tratar así de liberarse de los tentáculos de su pasado. Cuando se hubo tranquilizado, volvió a tomar la palabra.


-En ese caso, ¿se describiría usted como una persona cruel?-

-No, no lo soy. No creo que haya que ser cruel para triunfar en los negocios.-

-¿Qué le parece mentiroso y manipulador? ¿Le parecen esas cualidades más necesarias para triunfar en los negocios?-

-No comprendo adonde quiere ir a parar con esta conversación.-

-¿No?-


De repente, Severus decidió lo que iba a hacer. Le iba a mostrar las consecuencias de sus actos. Personalmente. Y, mientras lo hacía, iba a asegurarse de que sufriera. Sin poder evitarlo, le miró aquellos zapatos tan brillantes... De repente, le pareció que aquellos zapatos y el bosque suponían una combinación muy prometedora.


-¿Ha traído equipaje, joven Evans?-

-¿Para qué?-

-Quiero que se quede unos cuantos días, como invitado mío. Ya que ha venido desde tan lejos, me gustaría enseñarle algunas cosas.-

-Hace un momento no hacía más que recordarme el tiempo que me quedaba. ¿Por qué, de repente, quiere que me quede?-

-Siempre me he sentido muy impresionado por la decisión, sólo por eso, se ha ganado más tiempo... Siempre que me permita mostrarle la magia del bosque.-


Matthew Evans no pareció sospechar nada porque le dedicó una agradable sonrisa.


-Muchas gracias -dijo-. No se arrepentirá. Podemos charlar durante el viaje.-

Severus le lanzó una mirada de incredulidad y, entonces, se dio cuenta de que él no tenía ni idea de lo que la esperaba. Cuando hubiera terminado con él, lo más probable era que tuviera más ganas de gritar que de charlar.

-Estoy deseando mostrarle parte de las hermosas vistas de este país. Me encantaría poder llevarlo a algunos lugares que creo que podrían resultarle de interés.-


-Bueno, no había pensado hacer turismo...-

-Me refería a visitar la fabrica y el invernadero que envía los suministros a la fabrica. Me parece justo que sepa más del producto que vende.-

-Estoy completamente de acuerdo. Me encantaría. Me parece una idea fantastica.-


Evidentemente, ataviado con su traje de Armani y sus zapatos de charol, no sabía lo que era el bosque profundo. «Cinco minutos», pensó Severus, con una sonrisa. Cinco minutos era todo lo que iba a necesitar para que aquel joven empezara a gritar por los insectos, las serpientes y demás fauna que iban a ver. Sin el costoso traje y esos zapatos, sin lucir perfecto se sentiría perdido y entonces, trataría de que él lo protegiera y aquél sería el momento que él aprovecharía para llevar a cabo sus propósitos.


-En ese caso, lo organizaré todo para dentro de una semana. Mientras tanto, puede retirarse a su habitación para que pueda ponerse algo más cómodo. Ya me conto mi esposa que le mostro la habitacion de huespedes del fondo. Por mi parte, lo veré a la hora de cenar. Akane nos preparará algunos platos típicos de la zona.-

-Estupendo -dijo él, con una sonrisa. -Gracias. Es usted muy amable.-


¿Amable? A lo largo de los años, todos le habían llamado muchas cosas, pero "amable" no había sido una de ellas. Severus escrutó el rostro de Matthew para ver si había hablado con ironía, pero sólo encontró una ingenua sonrisa.


Aquella sonrisa le desquiciaba los nervios. Para cuando hubiera terminado con el, se le habría borrado del rostro. Estaría cubierto de sudor e incómodo, con los pies llenos de ampollas y la piel cubierta de picaduras de insecto.


Seguramente se lo pensaría dos veces antes de engañar a una persona.

Satisfecho por sentirse al mando de la situación, se dirigió a su escritorio para ocuparse de las innumerables papeles que lo esperaban.


*********************

Nota de la Autora:
Bueno creo que es todo por esta semana, no me siento muy bien y necesito descansar para la fiesta. Gracias por leer.

http://lucassgrabeellatino.tk

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