Capitulo 3
El comienzo del fin
El tiempo parecía pasar lentamente desde que empezaron los festejos por navidad, casi todos los alumnos decidieron pasarlas con sus padres, este era un momento de estar muy unidos y se sentía en el aire el espiritu de estas épocas. Casi para todos ya que a Snape no le gustaba tanto, parecía odiar particularmente esta parte del año esforzándose por ser lo más negativo posible. Harry obviamente se quedo como todos los años, Ron no quiso dejarlo solo y el también sacrifico su reunión familiar al igual que Hermione, este año seria particularmente triste para él, había una ausencia más en la vida de Harry, su querido padrino Sirius, y es que desde su muerte el no había dado señales de tristeza, talvez porque quería hacerse el fuerte frente a sus amigos o intentaba evadir la realidad pensando que en cualquier momento volvería a verlo ya que su cuerpo nunca fue encontrado.
Harry aun conservaba el espejo que Sirius le había dado, siempre lo llevaba con él, no podía evitar sentirse triste la única persona que le quedaba en este mundo se había ido también, se sentía impotente por no poder haber hecho algo, por haberse dejado manejar así por Voldemort,
sentía que todo fue su culpa. Culpaba a Dumbledore también, sentía un gran cariño por el anciano director pero también una gran rabia por lo que le hizo 2 años atrás.
Mientras en la sala común de Slytherin un muchacho de ojos cafés y cabello castaño claro con tonos rojizos charlaba muy entusiasmado con Shigeo quien le miraba embelesado por su belleza.
--Y dime Zeen ¿ya le compraste su regalo a tu hermana?—dijo Matsumoto mientras jugaba con su pequeño gato Mikado.
--Si, ¿Porque no lo haría?—le pregunto extrañado Shigeo.
--Es que eres tan despistado a veces que pensé lo habrías olvidado—dijo Matsumoto sonriendo.
--Que haya olvidado el tuyo el día de tu cumpleaños no significa que también el de ella—dijo con algo de culpa.
--Bueno supongo que en ese momento no importaba demasiado pero si lo haces de nuevo yo... —respondió Matsumoto haciéndose el desvalido.
--Ya te he pedido disculpas mil y una veces es que nunca me perdonaras por mi torpeza, además ya tienes de mí lo que quieres ¿No?—replico Shigeo lanzándole una mirada amenazante a su amigo.
--Pues... si obtuve lo que quise no puedo quejarme tienes razón, no pude recibir mejor regalo—dijo Matsumoto con algo de picardía en su voz.
--Mejor vamonos al gran salón, esta por empezar la cena—dijo Shigeo mirando su reloj.
--En serio pues no seré él ultimo en llegar, con permiso—dijo Matsumoto empujando a Shigeo y corriendo por la sala común a la salida.
-- Se comporta como un niño, es tan dulce, ¡¡¡Espera Takeooo!!!—pensó Shigeo y le siguió.
Los pasillos estaban muy bonitos, adornos de todos los colores y formas los rodeaban, era sabido el buen gusto para decorar del Prof.Flickwicht, y los ricos pasteles que la Señora Arabella.
Poco a poco los alumnos iban llegando para el banquete de noche buena, todos vestidos con ropa llena de motivos navideños era muy gracioso verlos, al Director le pareció un bello detalle para mantener el espíritu en el ambiente, contrato una banda que tocara en vivo villancicos y después de Navidad habría un baile.
Snape no podía creerlo además de soportar la felicidad de los demás debería aguantar un montón de tontos cantando toda la noche era el colmo. Pensando esto salió de su despacho hacia el Salón sin muchos deseos de aparecer pero se lo debía al Director que tan bueno era con el cómo su padre nunca lo fue.
--Mi padre. maldito sea donde este—dijo con rabia contenida el Profesor de pociones.
Cuando de golpe sintió un ruido en las escaleras a un lado de las mazmorras que llevan al tercer piso.
Tengo un tiempo para vigilar dijo mirando el reloj y despacio subió las escaleras, a medida que avanzaba el ruido sé hacia más fuerte.
Vio que una luz se movía al final del corredor, moviéndose sigilosamente en la oscuridad como una serpiente al acecho de su victima llego a la puerta del cuarto donde la luz se paro. Miro hacia dentro del mismo diviso una figura pequeña vestida con una capa que pudo reconocer era de un alumno del colegio, también pudo ver que la persona acomodaba algo sobre lo que parecía una mesa con dos velas encima, sin dudar se abalanzo velozmente sobre el indefenso intruso, cayendo sobre él.
--Dese vuelta despacio, tenga mi varita y esta ansiosa por usar un hechizo imperdonable—dijo Snape amenazante.
El que suponía era un enviado de su señor se dio vuelta despacio temblando un poco de miedo, un poco de emoción.
--So....soy yo..Prof. Snape—dijo Akane agitada debajo del cuerpo del Prof. Snape.
--Pero.. Srta. Zeen que rayos hace aquí... —dijo Snape levantándose como un rayo.
--Armaba una mesa para una cena muy especial de Navidad, no quise causarle molestias—respondió Zeen mientras el Prof. le ayudaba a levantarse.
--El Director le dio permiso para esto—pregunto Snape.
--Si Prof. Snape como cree que haría algo así sin consultarle al Señor Director—explico Zeen mientras acomodaba unos panecillos que se le habían caído al ser atacada.
--Entonces yo me voy debe querer estar a solas con su esposo—dijo Snape con envidia por el muchacho.
--Shigeo y yo no somos marido y mujer en realidad Prof. –dijo Akane.
--¿Cómo que no son marido y mujer?—dijo Snape enarcando una ceja.
--Es una historia larga de contar—dijo Akane con tono triste.
--Aun así me voy antes de que... —estaba terminado de decir el Prof. cuando Zeen le interrumpió.
--Pero no tiene porque irse si esta cena es para usted Prof. Snape—dijo Akane esperanzada de que no saliera corriendo por semejante imprudencia.
--¿Para mí?—dijo Snape a punto de palidecer si eso era posible.
--No lo tome a mal pero el director me contó que a usted no le agradan demásiado estas fechas y encima contrato un grupo que canta villancicos y si estoy en lo correcto le parecerá un suplicio cenar ahí, así que se me ocurrió organizar esta cena para que este más tranquilo—explico Akane mientras sentía como un sudor frió estremecía todo su cuerpo pues el Prof. le miraba fijamente como tratando de leer sus pensamientos, no era desconocido para ella que él era experto el Legeremancia y podría hacerlo si quisiera, aunque ella fuera un Auror se sentía indefensa cerca de él.
Snape no le contesto nada, solo se dirigió a una ventana y la abrió.
--¿Porque hace todo esto, Srta. Zeen?—dijo Snape con su habitual tono frió.
--Yo... yo—intento decirle lo que sentía por el pero las palabras no salían de su boca el miedo de ser rechazada le paralizaba.
--Le parece gracioso burlarse de mí, acaso cree que soy tonto, nadie hace algo por otra persona sin ninguna intención, pero aun no puedo descubrir cual es la suya, le agradecí por sus atenciones pero nada más no se crea con derecho a entrometerse en mi vida, si me gusta o no tal o cual cosa es asunto mío y si quiero asistir a la cena también—dijo Snape enojado.
--Yo no quise ofenderlo, créame lo hago porque si no hay ninguna intención detrás de esto, usted sabe cuanto lo admiro en este tiempo que e pasado ha su lado aprendí a ver que usted no es tan diferente a las demás personas, también tiene sentimientos, sufre, se enoja se preocupa por nosotros, es un buen hombre y eso hace que le admire aun más, solo quería hacerlo sentir bien, usted no es el único que sufre un dolor interminable que le ahoga continuamente en esta fechas Prof., yo se lo que se siente por eso quise ayudarle, pero usted no quiere la ayuda de nadie prefiere seguir sufriendo eso es más fácil que afrontar la realidad—dijo Zeen mientras unas lagrimas brotaban de sus ojos.
Snape no sabia que hacer era la primera vez que le enfrentaban así sentía una rabia que le brotaba de todo su cuerpo ella no tenia derecho a medir cuanto dolor podía tener o no, pero era cierto aun tenia su corazón en carne viva como si nunca hubieran pasado los años desde aquella tragedia que le cambio la vida.
--Eres una estúpida entrometida que lo único que ha hecho es molestarme desde el momento que llego, porque mejor no se ocupa de su vida y deja la mía en paz no tengo porque contarle nada, asquerosa sangre impura—dijo Snape sin medir sus palabras.
--¡Ha!........Si no quiere contarme lo que le paso le entiendo pero no tiene derecho a tratarme así soy la única persona aparte del director que realmente se preocupa por usted, engreído y patético pobre Prof. de pociones, que nunca llegara a nada porque su alma esta tan oscura como esta habitación—dijo Akane con todo su furia.
La cara de Snape parecía a punto de estallar con la mirada de odio más intensa que podía tener se acerco a Zeen que le miraba de igual modo, le tomo de un hombro con su mano izquierda y levanto su mano derecha para pegarle.
--Vamos hágalo es lo único que le falta pegarme, hágalo pero que sea lo más fuerte que pueda si me recupero no podrá contar su hazaña—dijo Zeen con odio.
Y entonces paso algo inesperado Snape la beso a la fuerza, ella trato de soltarse y le dio una cachetada, a lo cual él volvió a acorralarla contra la pared y de nuevo le beso esta vez más intensamente que la primera vez, ella le dio un pisotón y otra cachetada.
Se miraron unos instantes en la oscuridad.
--Fracasado—dijo Akane con falsa rabia.
--Estúpida Sangre impura—mintió Snape con un tono que helaría la sangre de cualquiera.
Y se rindieron a sus más bajos instintos besándose apasionadamente en la oscuridad de aquel cuarto.
Después de un momento el Prof. paro como dándose cuenta de lo que estaba haciendo, miro a Akane con tristeza y le dijo:
--Zeen perdone yo... —trato de explicarse el Prof. Snape apenado por su comportamiento.
Akane apoyo su mano sobre los labios de Snape.
--Esta bien no diga nada, entiendo—dijo Akane con ternura.
Lentamente saco sus manos de la cintura de la chica como si tuviera miedo de hacerle daño, aunque no pudo contener la tristeza que le invadía y tiernamente le acaricio el rostro como despidiéndose para siempre de un bello momento que estaba seguro no se repetiría, ella detuvo el pasar de la mano en su mejilla para sentir un poco más el calor de su amado profesor, luego la tomo con sus manos y le dio un tierno beso.
Una vez más Snape sentía como su cuerpo se estremecía del placer al sentir el suave roce de los labios de Akane, no podía soportarlo más no debía dejarse llevar por sus impulsos, no en este momento tan crucial para todos, debía ser fuerte y adoptando una vez más su pose fría y distante se dio vuelta saliendo rápidamente de la habitación sin decir nada.
A medida que avanzaba sentía como su corazón se moría del dolor era demasiado para un solo día y tomándose el brazo derecho se paro en seco en la puerta desmayándose.
--¿Prof. Snape que le pasa?—pregunto Zeen que rápidamente se acerco donde estaba agarrandole antes que tocara el piso.
--Su brazo, el lo esta llamando por eso se desmayo debió ser un dolor insoportable además... —pensó Akane.
--Levitare camae—dijo Akane y una camilla de enfermería apareció al instante, hizo otro movimiento con la varita y poso el cuerpo inconsciente del Prof. sobre esta, pensó en llevarlo al gran salón ahí estaría Madam Pomfrey pero no quería que todos se enteraran que estaban juntos e imaginaba que él tampoco lo querría, así que decidió llevarlo a su habitación aunque después recibiera un castigo.
Tratando de apurar el paso pero cuidadosa de que nadie les viera bajo las escaleras y cruzo el camino hasta la puerta de las mazmorras paso estas llego al despacho y cruzo una puerta que estaba oculta detrás de unos estantes con animales en formol.
Lo que vio le sorprendió nunca había imaginado que la habitación de Snape fuera así, tenia una hermosa cama de dos plazas con cortinas de terciopelo verdes adornadas con una serpiente de oro, cuatro ventanas y muchos adornos en diferentes muebles y una hermosa araña terminaba de adornar la bella habitación.
--Se reconoce la mano de una mujer --pensó Akane.
--Bien ahora le acostare Prof. Snape, no se preocupe estará bien, tratare de avisarle a Pomfrey sin que nadie sé de cuenta, confíe en mi—dijo Akane convencida que él le escucharía.
Levanto el acolchado, movió las sabanas de seda blanca y acostó al hombre, no se atrevió a sacarle la ropa ese era trabajo de Pomfrey, se asomo a una de las ventanas movió su varita y dijo algo, al instante una hermosa lechuza de pequeña contextura conocida por todos llego.
--Hola Pig, que gusto verte viniste aunque no sea Ron, gracias—le dijo a la pequeña lechucita que en gesto de cariño le picaba despacito un dedo y lanzaba grititos de emoción.
--Escúchame bien tienes que llevarle este mensaje urgente a M.Pomfrey pero nadie debe verte, debes ser calladita podrías hacerlo, es un asunto de vida o muerte—le explico Akane con cara seria mientras le acariciaba.
Pig le pico un dedo en gesto de aprobación y saliendo con toda rapidez desapareció sobre las torres del castillo dirigiéndose al gran salón.
--Es tan bonita no sé porque Ron se queja tanto, le quiere demasiado, lose, al igual que a Hermione—dijo Akane dirigiéndose donde el Prof..
--Se ve como un niño indefenso, si hasta no parece ese gruñón e insoportable Prof., sin ofenderle pero es que a veces se torna insoportable... mi querida serpiente—dijo Zeen mirando a Snape y acariciando su rostro.
--Sara—susurro débilmente Snape.
--¿Sara?,debió ser...—pensó Akane.
Se sentía como en el despacho unos pasos apurados se dirigían a la habitación.
--Aquí viene—dijo Akane frotándose las manos nerviosamente.
Un pequeño golpe se escucho en la puerta.
--Srta. Zeen soy Madam Pomfrey, vine lo más rápido que pude esta conmigo el Director—dijo Popy nerviosa.
Akane se acerco a la puerta y giro la llave.
--Hola Madam Pomfrey, director Dumbledore—dijo Akane
con ansiedad.
--Tranquila Zeen esto ya ha pasado antes, el Prof. estará bien, veamos que tiene—y se acerco a la cama.
--Director yo hice todo lo posible por que se sintiera bien—dijo Akane afligida.
--Tranquila mi niña sé que no tuviste la culpa de esto, Severus sufre un duro dolor cada vez que el innombrable le llama, es el pago por ser un mortífago, mi pobre muchacho, sufrió tanto y aun sigue..—dijo Albus con tristeza.
--Director no quiero ser indiscreta pero hay dentro de mí una duda que cada día crece más y si no se lo pregunto seguirá creciendo más—dijo con aflicción.
--Dime Akane no temas no me enojare, pregunta—dijo el Anciano con ternura.
--Hace un momento antes que usted llegara el Prof. llamo a alguien en su delirio, Sara era el nombre, ella es por quien el Prof. abandono a Vol...digo el Señor de las tinieblas—pregunto Zeen.
--Así es, pero solo eso puedo decirte, el resto de la historia solo le corresponde a Severus contártela—dijo Albus mirando a la chica comprensivo.
--Solo eso quería saber, lo demás sé que nunca lo sabré—explico Akane.
--Permíteme dudar de eso, yo creo que lo sabrás muy pronto, mi niña—y le guiño un ojo.
Akane le sonrió.
--Bien, esta bien solo fue un susto, como les dije fue por el dolor de la marca pero con unas compresas frías se despertara pronto—explico Madam Pomfrey.
--Muy bien Poppy, creo que la alumna puede encargarse de eso mientras tu y yo volvemos a la cena los chicos sospecharan si no lo hacemos la visita a la cocina no puede ser eterna—dijo Albus con picardía.
--Si, tiene razón, bien Zeen aplíquele estas compresas frías hasta que despierte y un poco después, con eso estará bien—dijo Pomfrey.
--Si así lo haré—dijo Akane feliz.
--Cuida bien al Prof., Zeen—dijo Albus guiñándole un ojo.
Akane se sonrojo sin querer.
Al rato de aplicarle las compresas el cansado hombre abrió los ojos.
--¿Qué que rayos paso ....que hago aquí?—dijo Snape.
--Tranquilícese Prof. Snape se desmayo mientras salía de la habitación y después yo le traje aquí—explico Akane.
--T...no puede estar aquí Zeen pensarían m..Auchhh.—trato de decir Snape hasta que le dio una puntada en la cabeza.
--Tranquilo por favor, ya lo vio Madam Pomfrey y el mismo Director me dio permiso para estar aquí, además cuando este mejor yo me iré no lo molestare—dijo Akane fríamente.
--Ahhh.. esta bien no tengo fuerzas para pelear con usted, haga lo que quiera—mintió Snape feliz de que ella estuviera allí.
--Pues deje de hablar y recuéstese así le pondré otra compresa, además tratare de hacer algo por ese dolor de cabeza—dijo Akane dejando escapar una risita.
Por primera vez Snape no dijo nada y emitiendo un gruñido de desaprobación dejo escapar una leve sonrisa.
Snape trataba de no mirar a Zeen no podía soportar el hecho de estar cerca de ella y no pensar en cosas prohibidas, como alejar esos pensamientos si a pesar de tener el recuerdo vivo de otra mujer no había podido evitar la nueva sensación que crecía dentro de el, también por eso se sentía culpable, ¿ya no sentía amor por aquella a quien mil veces le había dicho que le amaba?, ¿Le estaba olvidando?, no no podía permitirse ese lujo no hasta vengar sus muertes, estaba decidido a ello y Zeen no podía interponerse en su camino por más hermosa que le pareciera, tenia una misión.
Si bien ya no se sentía como un muerto en vida, ahora tenia una razón para vivir, eso también era muy peligroso ya no sabia si estaba dispuesto a sacrificarse por cumplir su objetivo, estaba dudando y la culpa a esta altura le oprimía el alma.
Akane ajena a los pensamientos de su amado le acomodaba la almohada y se disponía a darle un masaje para calmarlo, tal vez así dejaría de sentirse tan mal, pensó.
--Estoy bien, no es necesario que hago esto—mintió Snape, tomando el brazo derecho de Akane.
--Como ordene Prof. Snape—dijo Akane de mal modo alejando su brazo bruscamente.
--Solo quédese aquí a mi lado sin hacer nada, ¿Siii?—dijo amablemente tomando la mano de Akane y poniéndola en su pecho.
Eso sorprendió a Akane que se sentó a su lado sujetándole la mano y ambos se quedaron dormidos.
El comienzo del fin
El tiempo parecía pasar lentamente desde que empezaron los festejos por navidad, casi todos los alumnos decidieron pasarlas con sus padres, este era un momento de estar muy unidos y se sentía en el aire el espiritu de estas épocas. Casi para todos ya que a Snape no le gustaba tanto, parecía odiar particularmente esta parte del año esforzándose por ser lo más negativo posible. Harry obviamente se quedo como todos los años, Ron no quiso dejarlo solo y el también sacrifico su reunión familiar al igual que Hermione, este año seria particularmente triste para él, había una ausencia más en la vida de Harry, su querido padrino Sirius, y es que desde su muerte el no había dado señales de tristeza, talvez porque quería hacerse el fuerte frente a sus amigos o intentaba evadir la realidad pensando que en cualquier momento volvería a verlo ya que su cuerpo nunca fue encontrado.
Harry aun conservaba el espejo que Sirius le había dado, siempre lo llevaba con él, no podía evitar sentirse triste la única persona que le quedaba en este mundo se había ido también, se sentía impotente por no poder haber hecho algo, por haberse dejado manejar así por Voldemort,
sentía que todo fue su culpa. Culpaba a Dumbledore también, sentía un gran cariño por el anciano director pero también una gran rabia por lo que le hizo 2 años atrás.
Mientras en la sala común de Slytherin un muchacho de ojos cafés y cabello castaño claro con tonos rojizos charlaba muy entusiasmado con Shigeo quien le miraba embelesado por su belleza.
--Y dime Zeen ¿ya le compraste su regalo a tu hermana?—dijo Matsumoto mientras jugaba con su pequeño gato Mikado.
--Si, ¿Porque no lo haría?—le pregunto extrañado Shigeo.
--Es que eres tan despistado a veces que pensé lo habrías olvidado—dijo Matsumoto sonriendo.
--Que haya olvidado el tuyo el día de tu cumpleaños no significa que también el de ella—dijo con algo de culpa.
--Bueno supongo que en ese momento no importaba demasiado pero si lo haces de nuevo yo... —respondió Matsumoto haciéndose el desvalido.
--Ya te he pedido disculpas mil y una veces es que nunca me perdonaras por mi torpeza, además ya tienes de mí lo que quieres ¿No?—replico Shigeo lanzándole una mirada amenazante a su amigo.
--Pues... si obtuve lo que quise no puedo quejarme tienes razón, no pude recibir mejor regalo—dijo Matsumoto con algo de picardía en su voz.
--Mejor vamonos al gran salón, esta por empezar la cena—dijo Shigeo mirando su reloj.
--En serio pues no seré él ultimo en llegar, con permiso—dijo Matsumoto empujando a Shigeo y corriendo por la sala común a la salida.
-- Se comporta como un niño, es tan dulce, ¡¡¡Espera Takeooo!!!—pensó Shigeo y le siguió.
Los pasillos estaban muy bonitos, adornos de todos los colores y formas los rodeaban, era sabido el buen gusto para decorar del Prof.Flickwicht, y los ricos pasteles que la Señora Arabella.
Poco a poco los alumnos iban llegando para el banquete de noche buena, todos vestidos con ropa llena de motivos navideños era muy gracioso verlos, al Director le pareció un bello detalle para mantener el espíritu en el ambiente, contrato una banda que tocara en vivo villancicos y después de Navidad habría un baile.
Snape no podía creerlo además de soportar la felicidad de los demás debería aguantar un montón de tontos cantando toda la noche era el colmo. Pensando esto salió de su despacho hacia el Salón sin muchos deseos de aparecer pero se lo debía al Director que tan bueno era con el cómo su padre nunca lo fue.
--Mi padre. maldito sea donde este—dijo con rabia contenida el Profesor de pociones.
Cuando de golpe sintió un ruido en las escaleras a un lado de las mazmorras que llevan al tercer piso.
Tengo un tiempo para vigilar dijo mirando el reloj y despacio subió las escaleras, a medida que avanzaba el ruido sé hacia más fuerte.
Vio que una luz se movía al final del corredor, moviéndose sigilosamente en la oscuridad como una serpiente al acecho de su victima llego a la puerta del cuarto donde la luz se paro. Miro hacia dentro del mismo diviso una figura pequeña vestida con una capa que pudo reconocer era de un alumno del colegio, también pudo ver que la persona acomodaba algo sobre lo que parecía una mesa con dos velas encima, sin dudar se abalanzo velozmente sobre el indefenso intruso, cayendo sobre él.
--Dese vuelta despacio, tenga mi varita y esta ansiosa por usar un hechizo imperdonable—dijo Snape amenazante.
El que suponía era un enviado de su señor se dio vuelta despacio temblando un poco de miedo, un poco de emoción.
--So....soy yo..Prof. Snape—dijo Akane agitada debajo del cuerpo del Prof. Snape.
--Pero.. Srta. Zeen que rayos hace aquí... —dijo Snape levantándose como un rayo.
--Armaba una mesa para una cena muy especial de Navidad, no quise causarle molestias—respondió Zeen mientras el Prof. le ayudaba a levantarse.
--El Director le dio permiso para esto—pregunto Snape.
--Si Prof. Snape como cree que haría algo así sin consultarle al Señor Director—explico Zeen mientras acomodaba unos panecillos que se le habían caído al ser atacada.
--Entonces yo me voy debe querer estar a solas con su esposo—dijo Snape con envidia por el muchacho.
--Shigeo y yo no somos marido y mujer en realidad Prof. –dijo Akane.
--¿Cómo que no son marido y mujer?—dijo Snape enarcando una ceja.
--Es una historia larga de contar—dijo Akane con tono triste.
--Aun así me voy antes de que... —estaba terminado de decir el Prof. cuando Zeen le interrumpió.
--Pero no tiene porque irse si esta cena es para usted Prof. Snape—dijo Akane esperanzada de que no saliera corriendo por semejante imprudencia.
--¿Para mí?—dijo Snape a punto de palidecer si eso era posible.
--No lo tome a mal pero el director me contó que a usted no le agradan demásiado estas fechas y encima contrato un grupo que canta villancicos y si estoy en lo correcto le parecerá un suplicio cenar ahí, así que se me ocurrió organizar esta cena para que este más tranquilo—explico Akane mientras sentía como un sudor frió estremecía todo su cuerpo pues el Prof. le miraba fijamente como tratando de leer sus pensamientos, no era desconocido para ella que él era experto el Legeremancia y podría hacerlo si quisiera, aunque ella fuera un Auror se sentía indefensa cerca de él.
Snape no le contesto nada, solo se dirigió a una ventana y la abrió.
--¿Porque hace todo esto, Srta. Zeen?—dijo Snape con su habitual tono frió.
--Yo... yo—intento decirle lo que sentía por el pero las palabras no salían de su boca el miedo de ser rechazada le paralizaba.
--Le parece gracioso burlarse de mí, acaso cree que soy tonto, nadie hace algo por otra persona sin ninguna intención, pero aun no puedo descubrir cual es la suya, le agradecí por sus atenciones pero nada más no se crea con derecho a entrometerse en mi vida, si me gusta o no tal o cual cosa es asunto mío y si quiero asistir a la cena también—dijo Snape enojado.
--Yo no quise ofenderlo, créame lo hago porque si no hay ninguna intención detrás de esto, usted sabe cuanto lo admiro en este tiempo que e pasado ha su lado aprendí a ver que usted no es tan diferente a las demás personas, también tiene sentimientos, sufre, se enoja se preocupa por nosotros, es un buen hombre y eso hace que le admire aun más, solo quería hacerlo sentir bien, usted no es el único que sufre un dolor interminable que le ahoga continuamente en esta fechas Prof., yo se lo que se siente por eso quise ayudarle, pero usted no quiere la ayuda de nadie prefiere seguir sufriendo eso es más fácil que afrontar la realidad—dijo Zeen mientras unas lagrimas brotaban de sus ojos.
Snape no sabia que hacer era la primera vez que le enfrentaban así sentía una rabia que le brotaba de todo su cuerpo ella no tenia derecho a medir cuanto dolor podía tener o no, pero era cierto aun tenia su corazón en carne viva como si nunca hubieran pasado los años desde aquella tragedia que le cambio la vida.
--Eres una estúpida entrometida que lo único que ha hecho es molestarme desde el momento que llego, porque mejor no se ocupa de su vida y deja la mía en paz no tengo porque contarle nada, asquerosa sangre impura—dijo Snape sin medir sus palabras.
--¡Ha!........Si no quiere contarme lo que le paso le entiendo pero no tiene derecho a tratarme así soy la única persona aparte del director que realmente se preocupa por usted, engreído y patético pobre Prof. de pociones, que nunca llegara a nada porque su alma esta tan oscura como esta habitación—dijo Akane con todo su furia.
La cara de Snape parecía a punto de estallar con la mirada de odio más intensa que podía tener se acerco a Zeen que le miraba de igual modo, le tomo de un hombro con su mano izquierda y levanto su mano derecha para pegarle.
--Vamos hágalo es lo único que le falta pegarme, hágalo pero que sea lo más fuerte que pueda si me recupero no podrá contar su hazaña—dijo Zeen con odio.
Y entonces paso algo inesperado Snape la beso a la fuerza, ella trato de soltarse y le dio una cachetada, a lo cual él volvió a acorralarla contra la pared y de nuevo le beso esta vez más intensamente que la primera vez, ella le dio un pisotón y otra cachetada.
Se miraron unos instantes en la oscuridad.
--Fracasado—dijo Akane con falsa rabia.
--Estúpida Sangre impura—mintió Snape con un tono que helaría la sangre de cualquiera.
Y se rindieron a sus más bajos instintos besándose apasionadamente en la oscuridad de aquel cuarto.
Después de un momento el Prof. paro como dándose cuenta de lo que estaba haciendo, miro a Akane con tristeza y le dijo:
--Zeen perdone yo... —trato de explicarse el Prof. Snape apenado por su comportamiento.
Akane apoyo su mano sobre los labios de Snape.
--Esta bien no diga nada, entiendo—dijo Akane con ternura.
Lentamente saco sus manos de la cintura de la chica como si tuviera miedo de hacerle daño, aunque no pudo contener la tristeza que le invadía y tiernamente le acaricio el rostro como despidiéndose para siempre de un bello momento que estaba seguro no se repetiría, ella detuvo el pasar de la mano en su mejilla para sentir un poco más el calor de su amado profesor, luego la tomo con sus manos y le dio un tierno beso.
Una vez más Snape sentía como su cuerpo se estremecía del placer al sentir el suave roce de los labios de Akane, no podía soportarlo más no debía dejarse llevar por sus impulsos, no en este momento tan crucial para todos, debía ser fuerte y adoptando una vez más su pose fría y distante se dio vuelta saliendo rápidamente de la habitación sin decir nada.
A medida que avanzaba sentía como su corazón se moría del dolor era demasiado para un solo día y tomándose el brazo derecho se paro en seco en la puerta desmayándose.
--¿Prof. Snape que le pasa?—pregunto Zeen que rápidamente se acerco donde estaba agarrandole antes que tocara el piso.
--Su brazo, el lo esta llamando por eso se desmayo debió ser un dolor insoportable además... —pensó Akane.
--Levitare camae—dijo Akane y una camilla de enfermería apareció al instante, hizo otro movimiento con la varita y poso el cuerpo inconsciente del Prof. sobre esta, pensó en llevarlo al gran salón ahí estaría Madam Pomfrey pero no quería que todos se enteraran que estaban juntos e imaginaba que él tampoco lo querría, así que decidió llevarlo a su habitación aunque después recibiera un castigo.
Tratando de apurar el paso pero cuidadosa de que nadie les viera bajo las escaleras y cruzo el camino hasta la puerta de las mazmorras paso estas llego al despacho y cruzo una puerta que estaba oculta detrás de unos estantes con animales en formol.
Lo que vio le sorprendió nunca había imaginado que la habitación de Snape fuera así, tenia una hermosa cama de dos plazas con cortinas de terciopelo verdes adornadas con una serpiente de oro, cuatro ventanas y muchos adornos en diferentes muebles y una hermosa araña terminaba de adornar la bella habitación.
--Se reconoce la mano de una mujer --pensó Akane.
--Bien ahora le acostare Prof. Snape, no se preocupe estará bien, tratare de avisarle a Pomfrey sin que nadie sé de cuenta, confíe en mi—dijo Akane convencida que él le escucharía.
Levanto el acolchado, movió las sabanas de seda blanca y acostó al hombre, no se atrevió a sacarle la ropa ese era trabajo de Pomfrey, se asomo a una de las ventanas movió su varita y dijo algo, al instante una hermosa lechuza de pequeña contextura conocida por todos llego.
--Hola Pig, que gusto verte viniste aunque no sea Ron, gracias—le dijo a la pequeña lechucita que en gesto de cariño le picaba despacito un dedo y lanzaba grititos de emoción.
--Escúchame bien tienes que llevarle este mensaje urgente a M.Pomfrey pero nadie debe verte, debes ser calladita podrías hacerlo, es un asunto de vida o muerte—le explico Akane con cara seria mientras le acariciaba.
Pig le pico un dedo en gesto de aprobación y saliendo con toda rapidez desapareció sobre las torres del castillo dirigiéndose al gran salón.
--Es tan bonita no sé porque Ron se queja tanto, le quiere demasiado, lose, al igual que a Hermione—dijo Akane dirigiéndose donde el Prof..
--Se ve como un niño indefenso, si hasta no parece ese gruñón e insoportable Prof., sin ofenderle pero es que a veces se torna insoportable... mi querida serpiente—dijo Zeen mirando a Snape y acariciando su rostro.
--Sara—susurro débilmente Snape.
--¿Sara?,debió ser...—pensó Akane.
Se sentía como en el despacho unos pasos apurados se dirigían a la habitación.
--Aquí viene—dijo Akane frotándose las manos nerviosamente.
Un pequeño golpe se escucho en la puerta.
--Srta. Zeen soy Madam Pomfrey, vine lo más rápido que pude esta conmigo el Director—dijo Popy nerviosa.
Akane se acerco a la puerta y giro la llave.
--Hola Madam Pomfrey, director Dumbledore—dijo Akane
con ansiedad.
--Tranquila Zeen esto ya ha pasado antes, el Prof. estará bien, veamos que tiene—y se acerco a la cama.
--Director yo hice todo lo posible por que se sintiera bien—dijo Akane afligida.
--Tranquila mi niña sé que no tuviste la culpa de esto, Severus sufre un duro dolor cada vez que el innombrable le llama, es el pago por ser un mortífago, mi pobre muchacho, sufrió tanto y aun sigue..—dijo Albus con tristeza.
--Director no quiero ser indiscreta pero hay dentro de mí una duda que cada día crece más y si no se lo pregunto seguirá creciendo más—dijo con aflicción.
--Dime Akane no temas no me enojare, pregunta—dijo el Anciano con ternura.
--Hace un momento antes que usted llegara el Prof. llamo a alguien en su delirio, Sara era el nombre, ella es por quien el Prof. abandono a Vol...digo el Señor de las tinieblas—pregunto Zeen.
--Así es, pero solo eso puedo decirte, el resto de la historia solo le corresponde a Severus contártela—dijo Albus mirando a la chica comprensivo.
--Solo eso quería saber, lo demás sé que nunca lo sabré—explico Akane.
--Permíteme dudar de eso, yo creo que lo sabrás muy pronto, mi niña—y le guiño un ojo.
Akane le sonrió.
--Bien, esta bien solo fue un susto, como les dije fue por el dolor de la marca pero con unas compresas frías se despertara pronto—explico Madam Pomfrey.
--Muy bien Poppy, creo que la alumna puede encargarse de eso mientras tu y yo volvemos a la cena los chicos sospecharan si no lo hacemos la visita a la cocina no puede ser eterna—dijo Albus con picardía.
--Si, tiene razón, bien Zeen aplíquele estas compresas frías hasta que despierte y un poco después, con eso estará bien—dijo Pomfrey.
--Si así lo haré—dijo Akane feliz.
--Cuida bien al Prof., Zeen—dijo Albus guiñándole un ojo.
Akane se sonrojo sin querer.
Al rato de aplicarle las compresas el cansado hombre abrió los ojos.
--¿Qué que rayos paso ....que hago aquí?—dijo Snape.
--Tranquilícese Prof. Snape se desmayo mientras salía de la habitación y después yo le traje aquí—explico Akane.
--T...no puede estar aquí Zeen pensarían m..Auchhh.—trato de decir Snape hasta que le dio una puntada en la cabeza.
--Tranquilo por favor, ya lo vio Madam Pomfrey y el mismo Director me dio permiso para estar aquí, además cuando este mejor yo me iré no lo molestare—dijo Akane fríamente.
--Ahhh.. esta bien no tengo fuerzas para pelear con usted, haga lo que quiera—mintió Snape feliz de que ella estuviera allí.
--Pues deje de hablar y recuéstese así le pondré otra compresa, además tratare de hacer algo por ese dolor de cabeza—dijo Akane dejando escapar una risita.
Por primera vez Snape no dijo nada y emitiendo un gruñido de desaprobación dejo escapar una leve sonrisa.
Snape trataba de no mirar a Zeen no podía soportar el hecho de estar cerca de ella y no pensar en cosas prohibidas, como alejar esos pensamientos si a pesar de tener el recuerdo vivo de otra mujer no había podido evitar la nueva sensación que crecía dentro de el, también por eso se sentía culpable, ¿ya no sentía amor por aquella a quien mil veces le había dicho que le amaba?, ¿Le estaba olvidando?, no no podía permitirse ese lujo no hasta vengar sus muertes, estaba decidido a ello y Zeen no podía interponerse en su camino por más hermosa que le pareciera, tenia una misión.
Si bien ya no se sentía como un muerto en vida, ahora tenia una razón para vivir, eso también era muy peligroso ya no sabia si estaba dispuesto a sacrificarse por cumplir su objetivo, estaba dudando y la culpa a esta altura le oprimía el alma.
Akane ajena a los pensamientos de su amado le acomodaba la almohada y se disponía a darle un masaje para calmarlo, tal vez así dejaría de sentirse tan mal, pensó.
--Estoy bien, no es necesario que hago esto—mintió Snape, tomando el brazo derecho de Akane.
--Como ordene Prof. Snape—dijo Akane de mal modo alejando su brazo bruscamente.
--Solo quédese aquí a mi lado sin hacer nada, ¿Siii?—dijo amablemente tomando la mano de Akane y poniéndola en su pecho.
Eso sorprendió a Akane que se sentó a su lado sujetándole la mano y ambos se quedaron dormidos.