Draco llegó a la biblioteca ansioso por encontrar información que le fuera útil en caso de un enfrentamiento con el lado malvado de Akane. Empezó a hojear con aburrimiento libros de herbolaria, runas antiguas y demás cosas por tratar de pasar inadvertido. Pero en un leve descuido de Madame Pince salió casi volando de su silla para ir a la Sección Restringida de la biblioteca para encontrar esa información. Logró colarse con dificultad pero lo importante era estar adentro y empezar a buscar.
Buscó, buscó por todos lados y no conseguia nada :scratch: Luego de varios minutos cuando empezaba a perder las esperanzas y creyó que lo descubririan dió justo en el blanco :study: :study: Un libro de magia muy antigua y peligrosa llegó a sus manos que hablaba sobre demonios encerrados y la forma de ahuyentarlos. Aunque era algo largo el libro, rápidamente consiguió el capítulo que le interesaba y el conjuro que quería.
Muy concentrado, repetia esas palabras una y otra vez en su mente para no olvidarlas y salió de la sección restringida con cautela. Encontró un pedazo de pergamino y una pluma que alguien habia dejado y escribió todo rápidamente. -- Ya lo tengo -- Susurró. -- Ya no me volverás a tomar desprevenido zorra -- Sonrió apretando el papel con su mano derecha en una actitud algo rara y diabólica. -- Te venceré esta vez -- Se lo metió en el bolsillo y se dispuso a irse lo más tranquilo posible para que los presentes no sospecharan nada extraño de él.
Buscó, buscó por todos lados y no conseguia nada :scratch: Luego de varios minutos cuando empezaba a perder las esperanzas y creyó que lo descubririan dió justo en el blanco :study: :study: Un libro de magia muy antigua y peligrosa llegó a sus manos que hablaba sobre demonios encerrados y la forma de ahuyentarlos. Aunque era algo largo el libro, rápidamente consiguió el capítulo que le interesaba y el conjuro que quería.
Muy concentrado, repetia esas palabras una y otra vez en su mente para no olvidarlas y salió de la sección restringida con cautela. Encontró un pedazo de pergamino y una pluma que alguien habia dejado y escribió todo rápidamente. -- Ya lo tengo -- Susurró. -- Ya no me volverás a tomar desprevenido zorra -- Sonrió apretando el papel con su mano derecha en una actitud algo rara y diabólica. -- Te venceré esta vez -- Se lo metió en el bolsillo y se dispuso a irse lo más tranquilo posible para que los presentes no sospecharan nada extraño de él.